miércoles, 4 de junio de 2008

Dialogo con la Soledad I [Julia Prilutzky Farny]




Vuelves a estar. Estás. Yo no sabía

pero estuviste siempre, sin ausencia.
Se desvelaba en vano mi impaciencia
tu andar era mi andar. No te veía.

Todo fue luz. Y luego, la sombría
zona de horror que el corazon silencia.
Y el corazón olvida, que hay urgencia
de olvidar. Y la noche se hace día.

Todo fue tan perfecto y esperado
desde el gesto inicial al señalado,
hasta mi sangre en otra trascendida

Te di mi hostilidad, mi disonancia,
mi dolor y voz en la distancia.
Te di mi muerte. Y hoy, te doy mi vida.